A los ocho años yo no entendía como las personas podía llorar de felicidad.
Siempre relacioné el llanto con sufrimiento.
Ese 16 de Mayo solo recuerdo que alguien me dijo que mi mamá estaba lista.
No me dejaban asomarme, no estaba permitida la entrada a los niños.
Me dijeron, "Tú siéntate allá y espera".
Ellos no sabían que "allá" estaba la puerta de salida del quirofano.
Esperé.
Se abrió una puerta y salió una enfermera jalando un cunero que decía "Baby Bazaldúa".
Antes de que la enfermera terminara de decirme, "Sorry, you can't get near the baby..."
Le planté un besote a mi hermanita en el cachete...
Mientras la ví alejandose con esa enfermera sin cara me di cuenta que no podía parar de llorar.
Fue una sensación muy extraña, era la primera vez que me reía con lágrimas en la cara.
Sentí lo mismo cuando supe que mi sobrina venía en camino.
Que Baby Bazaldúa iba a tener una Baby Castro muy pronto.
Hoy no puedo esperar a conocerla.
Así es que...
Ma, haz algo con tu hija que no deja de hacerme llorar, por favor...
Luv U sis.