martes, 30 de agosto de 2011

A mi café...

Desde muy temprano te contemplo aún cuando todavía no te has materializado. Llevo mi mirada hacia el espacio en el que estarás dando vueltas coqueteándome el vapor. El ajetreo de la mañana se lleva mi atención a otras necesidades, pero un bostezo me aterriza y es hora de empezar. Las cucharadas empiezan, solo tres pasitos más. Te doy vueltas y te ríes, te beso y me muerdes. Está bien, te doy chance solo por un momento, hasta que te llegue la hora.

Mi mano toca el vidrio, se siente el calor. Te tomo de la cintura y me guiñes el ojo. Sorbo a sorbo me llenas de ese aroma que llena todos los espacios y se desborda. Poco a poco te evaporas, hasta que solo queda un sobro frío al mediodía.

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